Viernes 01 de abril de 2016
OPINIÓN
Con independencia del papanatismo que parece embargar actualmente a los españoles, el silencio de Iñigo Errejón, roto el pasado martes, tras su aparición pública después de la destitución de su número dos, Sergio Pascual, el pasado 15 de marzo deja ver una fisura importante en el partido podemita, cuyas consecuencias podrían influir decisivamente en los próximos acontecimientos. Los próximos acontecimientos pueden devenir en un acuerdo para la formación de un gobierno de coalición, con Sánchez a la cabeza, si el partido que preside Pablo Iglesias Turrión se abstiene.