El desarme y la golosina del dinero ajeno
Por
Honorio FEITO
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honoriofeitogmailcom/12/12/18
miércoles 15 de octubre de 2014, 07:17h
Cuando en Asturias se habla del “Desarme”, no se refieren al hecho de haber descubierto que un sindicalista de toda la vida, José Ángel Fernández Villa, líder indiscutible de SOMA-UGT durante los últimos treinta y cuatro años, pertenece también al clan del trinque, el de la mordida, el de hacer lo que siempre han dicho que han hecho los otros. No. Cuando en Asturias hablan del “Desarme” se refieren a una copiosa comilona –tratándose de Asturias, se comprende- que tiene su tradición y su origen en los tiempos de las guerras carlistas.
No es que los carlistas fueran comilones, que dado que en muchos casos sonmocetones navarros, también se entiende, sino que según cuentan los cronistas, todo comenzó con motivo de una expedición de los seguidores de Don Carlos a Asturias. Los ovetenses, dispusieron una copiosa comilona para agasajar a las tropas del Pretendiente.Ypensaroncelebrar en el alfoz de la vetusta ciudad para evitar que aquel ejército entrara en Oviedo. Tras el ágape, y como consecuencia del elegido menú, ese tópico español, tan criticado por los envidiosos del Norte de Europa, que es la siesta (ahora dicen los médicos que practicar la siesta es, además de bueno para la salud del cuerpo, necesario para la salud del alma), llevó al ejército carlista a relajar su atención, momento que aprovecharon los ovetenses para quitarles las armas y enviarlos de vuelta a casa. Para los curiosos, el menú del “Desarme” consiste en garbanzos con bacalao, callos y arroz con leche.
En aquellos tiempos, no habían inventado todavía las tarjetas negras de Caja Madrid, por lo que la intención de la comilona tuvo el efecto que debía tener. Porque de haber sido hoy, además de la andorga, algunos hubieran llenado el bolsillo.. ¡ay! de los Virgilio Zapatero, Rato, Rodríguez Ponga y demás… y por el afán de gastar, hubieran llevado a los requetés a la mismísima sombra de El Carbayón, para vaciar las tiendas, restaurantes, espichas, los escaparates de Peñalba y Camilo de Blas y hasta los moscovitas, que no son soviéticos, de Rialto… pues ya sabemos que el dinero es goloso, o eso dicen los que lo manejan.
El escándalo descubierto ahora, y que tiene como protagonista a Fernández Villa, con un millón cuatrocientos mil euros de los que no se conoce, hasta el momento, la procedencia, pone en entredicho no sólo al que fuera líder indiscutible durante los “últimos cuarenta años” ( ¿a que les suena esta frase?), sino a la estructura del sindicato, el Montepío y los Fondos mineros, que será lo que investiguen desde la Fiscalía Anticorrupción según los expertos. No es la primera vez que un alto representante sindical, del SOMA-UGT, salta a los medios implicado en un asunto feo, dinero por medio. En 2001, sin ir más lejos, ya hubo denuncias por extorsión de algunos empresarios contra el lugarteniente de Villa en el sindicato, Laudelino Campelo.
Por otra parte, otro líder sindical, en este caso Antón Saavedra, ex secretario general de la Federación estatal de la minería de UGT, al que pertenece el SOMA, y ex diputado a la Junta General del Principado, compareció ante los medios de información sin mostrar ningúnasombro, y asegurando que, a medida que avance la investigación de la Fiscalía Anticorrupción, irán saliendo más sorpresas… es más, ha dicho que lo aparecido hasta ahora no es ni el cinco por ciento (supongo que no se refiere al dinero, sino al escándalo).
Se ve que, con independencia de la ideología, de la militancia, del compromiso para con los votantes… dinero negro, tarjetas negras, dólares o pesetes, como decía el botones de aquel hotel de la película del Oscar de José Luis Garci, el money gusta a los de izquierdas tanto como a los de derechas y, a los de norte tanto como a los de sur. ¡Mardito parné!