Difícil de justificar

Aunque a mí no me interesa este despreciable sujeto, que trata de justificarse a sí mismo con la verborrea típica del demagogo sin causa; que utiliza la expresión “pueblo” para justificar lo que no puede; que pide que primero haga autocrítica el “otro bando”. Este individuo de 72 años, con pinta de estrafalario, tiene más coherencia que los distintos gobiernos de “la democracia” que, ante los tiros en la nuca, la guerra sucia de los gánster de ETA, la cobardía de los “gudaris” que costó un millar de muertos, en ese episodio de terror sembrado a lo largo del territorio (de territorio y no de la geografía, como dicen los progres), ofrecieron como contrapartida el dialogo.

No alcanzo a entender a cuento de qué viene este reportaje, en qué medida los lectores de El Mundo satisfacen su curiosidad de lectores con este reportaje ni por qué no han elegido a uno de los etarras arrepentidos –si es que hay alguno, que lo dudo- que, por lo menos, en un ejercicio de limpieza de imagen para la política terrorista y, especialmente tras la puesta en marcha de la doctrina Parot, hubiera justificadola aplicación de tal medida, sofocada ya la crispación que causó en un primer momento, aún cuando el etarra Bolinaga sigue vivito y coleando, y la forense,Carmen Baena, que le atendió, manifiesta ahora lo que todos sospechábamos, que fue presionada para dar un informe favorable (el informe favorable es que al tal Bolinaga le quedaban dos telediarios, y resulta que a este paso nos va a enterrar a todos, espero que no ejerciendo de terrorista…)

Sospecho, de mis conversaciones con los españoles en general, que se tiene la creencia de que la doctrina Parot, o algún cambalache similar, no hubiera sido aplicada en países como Alemania, Francia, Reino Unido… y también sospecho que los españoles no entienden, y yo tampoco, qué extraña afición mueve a los políticos españoles en democracia a conceder medidas de alivio frente a las decisiones de la Justicia… aunque la tendencia es creer que tales medidas de alivio forman parte de las negociaciones clasificadas.

Que un asesino confeso presuma de su currículo manteniéndose firme y sacando pecho por haber asesinado a 17 personas –perdón, él dice “ejecutado”- es una postura edificada sobre el cinismo de quien no razona, o no lo suficiente para saber distinguir el bien y el mal, entre conservar la vida o acabar con la de seres inocentes. Pero que un periódico nacional, experto en descubrir mangoneos de la casta política, empresarial o financiera, dedique la portada, y media docena de páginas, en su interior, a darle crédito a la falsedad de un cínico, creo que es un delito no se si recogido en la Justicia, pero sí en el sentido común de los españoles de bien. Especialmente, cuando no hay razónque justifique este alarde, desde los cánones de la actualidad, que es la que debe guiar al periodismo. No quiero pensar, encima, que le hayan pagado por prestarse a la entrevista.